De mica en mica...

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Xerrades-Tallers-Espais familiars-Orientació per educadors ,educadores i persones vinculades amb l'àmbit de la infància i l'adolescència.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Temps de "desetiquetar"







El niño necesita cuentos que le ayuden a entenderse a sí mismo y a los demás, a descubrir lo que se esconde en esa región misteriosa que es su propio corazón. Chesterton dice que los cuentos son la verdadera literatura realista, dando a entender que el que quiera saber lo que es un niño, antes de preguntar a alguno de esos numerosos expertos que tanto abundan en esta época de "profesionalización " del niño, hará bien en regresar a los cuentos de hadas. Son ellos los que le permitirán asomarse al corazón de los niños y sorprender sus deseos, esperanzas y temores.


Hay una enorme diferencia entre las imágenes que vemos con nuestros ojos y las que se forman en nuestros pensamientos mientras que alguien nos cuenta algo.


¿Cuál es el límite en la literatura infantil? ¿Hay algo que no 
se les deba contar a los niños?
No estoy segura de que haya temas que no se puedan 
tocar; creo que, en todo caso, algunos en particular se 
deben tratar con cierto cuidado. Pienso en cuestiones de 
violencia, por ejemplo. Pero ¿de qué sirve evitar ese tema en
un libro infantil, si luego esos mismos niños van a ver 
violencia en la calle, en Internet, en la televisión o en las
historias que cuentan sus familiares? No se trata de no tocar 
un tema, sino de encontrar la mejor manera de abordarlo. 


Estas historias no solo encierran enseñanzas, también nos devuelven al mundo de la ternura.
La misión de la poesía es volver habitable el mundo, y un cuento crea un lugar donde vivir.